Espacios abiertos y más ventilados, una tendencia creciente en la industria
El desarrollo de espacios exteriores y abiertos en centros comerciales es una tendencia mundial que venía desplegándose desde mucho antes del inicio de la pandemia, como respuesta a la necesidad de fortalecer la conexión emocional con los visitantes y revitalizar la experiencia del espacio comercial con componentes de entretenimiento, cultura y gastronomía.
Se trata de un proceso de integración natural que busca mimetizar al centro comercial con los entornos urbanos. Como lo mencionaba en el 2018 el arquitecto Iván Ortiz de la firma Ares Arquitectos, “en las ciudades latinoamericanas hay necesidad de generar espacios públicos y de comercio de calidad. Estamos aportando a la sociedad espacios privados en forma de espacios públicos.”
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De allí que surjan propuestas como canchas de deporte, senderos recreativos, anfiteatros exteriores, jardines la de Shopping Estação Cuiabá en Brasil que cuenta con un parque infantil temático y multicolor al aire libre para niños, el cual recrea los paisajes típicos brasileños o ejemplos más cercanos a la industria colombiana como el concepto de pasaje gastronómico al aire libre Calle Bistró desarrollado por Viva Malls.
Si bien no todas las infraestructuras y condiciones climáticas permiten el fácil desarrollo de espacios de este tipo, es cada vez más frecuente que los nuevos proyectos y procesos de ampliación o remodelación utilicen techos retráctiles y aprovechamiento de terrazas que configuran una interesante alternativa.
Ahora bien, el Covid-19 ha despertado un ímpetu de transformación que ha acelerado, entre otros procesos, la tendencia a cielos abiertos. Es por ello que para ofrecer a los visitantes experiencias de compra diferenciadoras y seguras, estas áreas no se limitan exclusivamente a su funcionalidad, sino que incorporan elementos altamente valorados en la actualidad como la conectividad con la naturaleza, el cuidado de la proxémica, el aprovechamiento de la iluminación natural y la posibilidad de la ventilación.
Encontrando el balance entre la seguridad y el paisajismo:
El distanciamiento físico como medida para prevenir los contagios es un elemento que ha ganado relevancia dentro de la configuración de los nuevos espacios abiertos que están surgiendo a raíz de la pandemia. Aunque esperamos que esta sea una condición temporal, para dar proyección a estos espacios más allá de la coyuntura, es necesario entrar en la cabeza de los usuarios para entender sus necesidades y analizar sus comportamientos potenciales de cara al futuro, uno que se encamina a dar preponderancia a la diversificación de la experiencia gastronómica y de entretenimiento en los shoppings.
De acuerdo con Bea de Paz, directora de diseño de la firma de arquitectura Gensler, “los espacios al aire libre tenemos que aprovecharlos de verdad. Vamos a tornar los espacios de estacionamiento en áreas de parque, recreativas, donde las personas se puedan sentir cómodas afuera con sus familias. También para el juego, podemos empezar a pensar en espacios interactivos donde todos puedan recibir un beneficio y una experiencia diferenciada sin importar la edad o la generación”
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Por ejemplo, el centro comercial Itaroa en España inauguró en junio una gran terraza exterior de 600 metros cuadrados en la que implantó un nuevo espacio de ocio con el cual recuperó parte de las mesas perdidas en el interior de su food court, a causa de las restricciones causadas por el Covid-19. Este espacio amoblado al estilo chill out forma parte de la propuesta gastronómica Fun&Food, con diez restaurantes temáticos y una pantalla gigante en la que se emiten contenidos musicales.
De igual forma, gracias a la estrategia ‘Bogotá a Cielo Abierto’ liderada por la Secretaría de Desarrollo Económico, son múltiples los ejemplos de espacios que se adecuaron al aire libre para la reactivación del sector gastronómico en la capital colombiana, pero esta tendencia también ha sido desarrollada en otras ciudades. En Cali y desde el pasado 17 de septiembre, la Ciudadela Comercial Unicentro creó el ‘Boulevard del Oasis’, en el que los asistentes disfrutan no solo de la oferta gastronómica con todos los protocolos de bioseguridad, sino de un espacio ambientado con iluminación y música para hacer más agradable su visita.
Así pues, no se trata de intervenciones pasajeras, sino espacios que llegaron para quedarse, por lo que no se debe renunciar a su capacidad de interacción, añadiendo a su composición zonas especiales para el descanso, la socialización y el ocio como es el caso de las zonas verdes con silletería para el disfrute de los visitantes, zonas de juegos para los niños e incluso fuentes inteligentes como elementos que, al ser combinados con el ambiente ideal y operando bajo protocolos estrictos de bioseguridad, aportan valor y seguridad para enriquecer la experiencia de los visitantes.